Estabilidad diversificando fuentes de riesgo, con Nordea
El no hacer mudanza puede considerarse una estrategia de conservación y estabilidad adecuada cuando se quiere mantener la estabilidad, pero no siempre es la más aconsejable. Si las circunstancias varían de forma significativa, el cambio puede resultar favorable, siempre y cuando se juegue con las distintas variables de forma que, sumadas entre sí (como si de la resultante de varias fuerzas de distinto sentido e intensidad se tratara) arrojen un resultado neto positivo.
Podríamos decir que los mercados han cambiado significativamente y que su comportamiento en los últimos meses sigue una pauta algo diferente a la que nos tenía hasta entonces acostumbrados, con un nivel de volatilidad que sin ser muy elevado, si que ha adquirido una mayor cualidad de permanencia.
Con este marco de fondo, una cartera que consigue retornos estables, con volatilidad reducida y rentabilidades atractivas, con un horizonte temporal de tres años, sin duda merece consideración. Es el caso del fondo NORDEA 1-STABLE RETURN FUND, un fondo multi estrategia que, basándose en el principio de diversificación de las fuentes de riesgo, obtiene una rentabilidad en el año de 5,56 por ciento en su clase BI en euros. A un año, se revaloriza un 3,78 por ciento, con un controlado dato de volatilidad de 5,49 por ciento, situándose entre los mejores de su categoría VDOS, Mixto Agresivo Global, en el quintil cinco por este concepto.
El equipo de gestión Multi Activos de Nordea está integrado por 40 profesionales que gestionan más de 70.000 millones de euros bajo la dirección de Asbjørn Trolle Hansen, incorporado a Nordea Investment Management en 2004 como Responsable de Inversiones Estratégicas. El gestor del fondo es Claus Vorm. Posee un Master en Matemáticas y Economía y un doctorado sobre la Iinteracción entre Seguros y Finanzas. Como parte de su carrera académica, Claus trabajó durante un año como profesor asociado en el laboratorio de Matemáticas Actuariales de la Universidad de Copenhague. Después se unió al equipo de Instituciones Financieras de McKinsey & Co. antes de pasar a formar parte de Nordea Investment Management en 2004.
La formación de cartera en fondos mixtos se basa generalmente en una estructura común que combina perspectivas a largo plazo (SAA) y a corto plazo (TAA). Pero la puesta en práctica puede dar lugar a perfiles riesgo-rentabilidad completamente diferentes dependiendo, en gran medida, de la filosofía y de los objetivos del fondo (por ejemplo, maximizar la rentabilidad frente a minimizar los riesgos). La mayor parte de las carteras mixtas toman un enfoque top-down para determinar la rentabilidad esperada, a través de diferentes clases de activos, intentando asignar más peso a aquéllas que presentan un potencial de rentabilidad superior (lo que también implica mayor riesgo). Por otra parte, las carteras mixtas se ajustan a los ciclos del mercado estableciendo un máximo y un mínimo en términos de valoración.
Para la selección de activos en cartera, el equipo de inversión de Nordea aplica un enfoque que se basa en la combinación de rentabilidad esperada, correlación y volatilidad de cada clase de activo para valorar el perfil de riesgo-rentabilidad. Además, en lugar de ajustarse a los ciclos del mercado, el fondo utiliza variables como indicadores alcistas y la relación entre valores de la renta variable y renta fija (en función de la prima de riesgo). Estas diferencias han permitido destacar al fondo NORDEA 1-STABLE RETURN FUND desde el punto de vista tanto del rendimiento como de la preservación del capital.
Así, el proceso inversor pasa por una primera fase de Asignación Estratégica de Activos (SAA) que establece el marco para la selección de activos entre diferentes clases. Es el punto de partida de un proceso basado en los objetivos y en la tolerancia al riesgo. La asignación estratégica de activos es el resultado de las expectativas a largo plazo del equipo en términos de correlaciones, volatilidad y rentabilidades, que se combinan posteriormente con los parámetros de riesgo definidos. La cartera se optimiza para obtener la mejor rentabilidad esperada, dado un nivel de riesgo determinado a través de un proceso iterativo y de optimización. Este proceso se repite cada mes. Al basarse en una perspectiva a largo plazo (de hasta 10 años), la asignación estratégica de activos tiende a ser relativamente estable.
En una segunda fase, de Asignación Táctica de Activos, o TAA, la cartera se ajusta parcialmente, en respuesta a las condiciones económicas y de mercado del momento. Un ajuste que se lleva a cabo en base a perspectivas e indicios a corto plazo (de hasta tres años) y que se basará en flujo informativo, valor relativo y precios de equilibrio. El TAA se revisa diariamente. Finalmente, fases 1 y 2 se combinan para encontrar la combinación correcta de valores, de renta fija y variable, que ofrezcan una selección dinámica de activos. La cartera final generará la rentabilidad más alta en función de las restricciones de riesgo.
La selección de valores se delega en otros equipos de Nordea, mientras que los gestores del fondo se centran en cuantificar el riesgo y en ponderar las clases de activos. El fondo recurre, por lo tanto, a la competencia y conocimiento de otros equipos especializados para añadir valor a la hora de seleccionar valores.
Puesto que en una cartera mixta, los valores de renta variable son la fuente más importante de riesgo, la asignación de renta variable del fondo se hace en los denominados Valores de Renta Variable Estables y de Bajo Riesgo. Esta clase de activos de renta variable incluye acciones con rentabilidad similar a valores globales promedio a lo largo del tiempo, pero con menor riesgo, y su selección recae en el equipo de Nordea. En Renta Fija y Mercado Monetario, los gestores del fondo definen la duración y la exposición a calidad crediticia, mientras que la selección de valores recae en el equipo de renta fija de Nordea.
La gestión del riesgo apuntala el proceso de inversión del fondo y está presente en cada una de las fases. Se basa en la baja probabilidad de retornos negativos tras tres años de inversión, por lo que cada clase de activo contribuye individualmente al riesgo total de la cartera general. Esto se consigue utilizando un enfoque Value at Risk (VaR). La selección de activos en función de la cuantificación del riesgo ha permitido al fondo preservar mejor el capital frente a otros fondos similares.
La cartera final incluye entre sus mayores posiciones emisiones del Tesoro de EEUU y de la compañía Johnson & Johnson, correspondiendo las mayores posiciones por país a EEUU (33,22%) China (3,27%) India (3,13%) Canada (3,04%) y Japón (2,17%). En cuanto a sectores, Salud (13,52%) Tecnologías de la Información (11,10%) Financiero (8,53%) Servicios de Telecomunicación (8,33%) y Utilities (6,53%) representan los mayores porcentajes en la cartera del fondo.
Por rentabilidad histórica, el fondo se sitúa entre los mejores de su categoría, en el primer quintil, durante 2016, batiendo al índice de su categoría de forma sostenida durante 2013, 2014 y 2015. A tres años, registra un controlado dato de volatilidad de 3,96 por ciento y de 5,49 por ciento a un año, situándose por este concepto entre los mejores de su categoría, en el quintil cinco. En este último periodo, su Sharpe es de 0,85 y su tracking error, respecto al índice de su categoría, de 5,56 por ciento. La suscripción de la clase BI en euros de NORDEA 1-STABLE RETURN FUND requiere una aportación mínima de 75.000 euros, aplicando a sus partícipes una comisión fija de 0,85 por ciento y de depósito de hasta 0,125 por ciento. Dispone también de una clase E, cuya suscripción no requiere una aportación mínima y que grava a sus partícipes con una comisión fija de 1,50 por ciento y de depósito de 0,12 por ciento.
La duración del fondo se redujo durante marzo, por segundo mes consecutivo, hasta un año. A nivel estratégico, el equipo gestor ha cerrado las posiciones en European Cross Credit bonds, puesto que su convicción en la estrategia se ha reducido considerablemente. En cuanto al posicionamiento táctico, con respecto a lo definido durante la asignación estratégica de activos, el fondo se mantuvo ligeramente positivo en crédito, mientras que pasó de positivo a neutral en renta variable y de positivo a ligeramente negativo en duración.
En cuanto a la divisa, en torno a un 91 por ciento de la cartera del fondo sigue estando cubierta en euros, mientras que la exposición global a su estrategia activa en divisas alcanzó en torno al 15 por ciento. Algunos de los pares de valores actualmente en cartera son largos SEK/cortos NZD, largos JPY/cortos AUD y largos JPY/cortos GBP. La decisión de mantener cierta exposición a pares de divisas se basa en un modelo de Paridad de Poder Adquisitivo (PPP por su siglas en inglés) y al hecho de que se espera que protejan a la cartera en entornos bajistas de mercado.
El enfoque de inversión y el posicionamiento prudente del fondo se mantiene sin cambios dada la actual situación del mercado y las perspectivas económicas.
NORDEA 1-STABLE RETURN FUND destaca por su comportamiento superior en el difícil periodo de mercado vivido durante el primer trimestre del año, tras varios años de evolución estable y sostenida, y por su reducido dato de volatilidad tanto a uno como a tres años, haciéndose merecedor de la calificación cinco estrellas de VDOS.